Estilo gótico de transición, barroco renacentista. Data del siglo XVI.
Cabe destacar el retablo de Santa Ana. Posee una torre neoclásica diseñada por Fernando González de Lara en 1783 y que ejecutó José Cortés del Valle. Consta de pórtico y tres naves. La fábrica es una obra muy buena de sillería y en su interior hay verdaderas obras de arte como por ejemplo la pila bautismal que data del siglo XII, románica, decorada con las figuras de los Apóstoles y tres diáconos. Todas las figuras están enmarcadas bajo una bonita arcada. La parte superior de la copa está adornada con una orla de entrelazos.
El retablo mayor está dedicado al San Pedro Apóstol y data del siglo
XVI. Cabe destacar la acción de Domingo Uriarte que talló las
esculturas y ornamentos a principios del siglo XVII; aunque fueron
doradas por Domingo Mansilla.
Otro retablo es de la Virgen de Río Cavia (se encuentra a la derecha),
que fue realizado por Juan Galerón siguiendo moldes
pechuriguerescos. Las imágenes fueron esculpidas por Fernando de
Mazas y doradas por Toribio García Gutiérrez. Este retablo está
presidido por una imagen de María con el Niño del siglo XVI y cabe
destacar también cuatro columnas solamónicas.
A la izquierda se encuentra el retablo del Resucitado (1680), también
de estilo pechurigueresco.
El único vestigio románico se localiza en el interior y corresponde a un
notable ejemplar de pila bautismal, decorada con una arquería que
recorre todo el perímetro de la copa. Anteriormente ocupaba un
pequeño habitáculo en el muro de la epístola y en la actualidad está
ubicada junto al altar. La altura total de la pieza, incluido el pedestal,
es de 95 cm., la copa troncocónica tiene 128 cm. de diámetro y 68
cm. de altura. Su interior se decora con 17 gallones, como sucede en
las pilas de Cojóbar y Santa Cruz de Juarros, y posee un borde con una
orla entrelazada. El pie circular sobre el que se apoya presenta una
molduración macelada muy baja. El desarrollo decorativo, de notable
belleza, se concreta en el exterior de la copa. Se sucede en él una
arquería de medio punto con un total de 15 arcos sobre columnillas de
simples capiteles vegetales, cobijando figuras humanas cinceladas
que representan los doce apóstoles acompañados por tres ministros
eclesiásticos.
Podemos reconocer entre el apostolado claramente a San Pedro,
portador de las llaves del cielo, cuya significación más profunda se
relaciona con el bautismo y la redención de los pecados, y a tres
eclesiásticos que portan báculo y cubren sus cabezas con mitra, una
de las cuales tiene una cenefa perlada. Destaca también su
disposición en la pila, ya que dos ministros se colocan al lado de San
Pedro y el tercero en un lugar opuesto, entre dos apóstoles. La talla es
esquemática y poco detallista, lo cual se observa primeramente en el
tratamiento de los tejidos. Las figuras presentan atuendo talar con
amplias mangas, visible sólo en tres figuras, en ocho llevan capa y en
dos casos llevan cinturón. La tosquedad de la indumentaria no permite
traslucir el volumen anatómico. Los personajes que se muestran en
visión frontal, salvo en un caso que aparece con la cabeza más
grande y ladeada, con rostros ejecutados de forma rudimentaria, las
cabelleras y barbas apocadas siendo simples incisiones de rectas
paralelas, los ojos almendrados y hieráticos como meros bultos
convexos, las manos abiertas, estereotipadas, manifestando la
aceptación de los designios divinos.
menos..